domingo, 29 de marzo de 2009

La cara de la tristeza

Después de un rato, era más que evidente que ella me estaba mirando, no había dejado de hacerlo desde que me subí al tren y me senté enfrente. Al principio no quise darme demasiada cuenta, estaba en mi mundo y vagando por mis recuerdos. Llegó un momento que se hizo inevitable el sentir que estudiaba cada uno de mis gestos. No pude evitar el quedarme mirando yo también, quizás esperando una respuesta a la pregunta que le hacía solo con mirarla. Pareció captarlo casi al instante porque me dijo: ' He sentido tristeza en muchas ocasiones, pero nunca la había mirado a los ojos '. En ese momento me entraron ganas de decirle que era una descarada, que a ver quién se creía ella para juzgarme de esa forma y mil cosas más, pero lo único que pude hacer es encogerme de hombros. Si me hubiese visto unos días antes no pensaría eso, seguramente podría haber visto la luz de mis ojos, me habría visto sonreir y habría notado como mi mente se perdía en lugares fantásticos, recordando cada uno de los momentos que pasé con él. Pero ahora no es así. Ya casi no tengo luz en los ojos, y la sonrisa parece un lujo que no me puedo permitir. Una parte de mí se quedó con él y por más que la llamo, no quiere venir, prefiere quedarse allí. Tengo un constante nudo en la garganta, la fuerza que me queda la gasto en que no se me salten las lágrimas a cada momento y la verdad, eso me agota. No sé como lo voy a hacer, ahora me toca empezar de cero, pero sin él y, por más que lo intento, no puedo dejar de quererle.

0 Rebélate!: